Lo que para Sara y Rich Combs comenzó como una búsqueda por tener un lugar para poder desconectar de la vida en la ciudad y conectar con el desierto, terminó en la creación de distintos espacios para que otras personas pudieran experimentar lo que ellos buscaban.
Mientras ambos trabajaban como diseñadores web, lo que los mantenía en sus escritorios la mayor parte del día, Sara y Rich Combs sintieron la necesidad de pasar más tiempo desconectados, un poco más lejos de sus computadores, y de pasar más tiempo en la naturaleza. Con esta idea en sus cabezas, en 2018 compraron una casa en Joshua Tree – un parque nacional ubicado en pleno desierto de California – y comenzaron el proyecto de crear su propio retiro personal: The Joshua Tree House.
“Rediseñar y remodelar ese espacio con nuestras manos, bajar el ritmo y estar en la naturaleza en medio del parque se sintió muy bien. Vimos cosas a las que no les habíamos puesto atención en mucho tiempo, como la luna apareciendo sobre el horizonte. El desierto y su amplitud nos ofrecieron una posibilidad de volver a poner atención a las pequeñas cosas, y nos enamoramos de la inspiración que llegó con eso”, cuenta Sara Combs.
De vuelta en la ciudad, decidieron arrendar su casa – que remodelaron durante todo 2019 – para que otros pudieran disfrutarla mientras ellos no estaban. Y fue ahí cuando descubrieron que otras personas también anhelaban esta experiencia diseñada en torno a la naturaleza. Lo que comenzó como una búsqueda por tener un lugar para poder desconectar de la vida en la ciudad y conectar con el desierto, evolucionó a las ganas de crear espacios para que, otras personas como ellos, pudieran disfrutarlos. Desde entonces, no han dejado de hacer proyectos de diseño y renovación, y hoy cuentan con cuatro propiedades – tres en Joshua Tree y una en Tucson, Arizona – en las que alojan a sus huéspedes.
“Con todas las cosas que están pasando en el mundo, muchos quieren disfrutar de espacios que les permitan bajar el ritmo, lo sienten necesario. Esto nos ha llevado a crear experiencias específicas para nuestros huéspedes, como retiros y talleres, e incluso este verano haremos una residencia para artistas. Ha sido una evolución muy especial que nunca planificamos”, cuenta Sara.
La estética de las pequeñas casas que han ido renovando tienen un claro hilo conductor: colores tierra – crudos, blancos, cafés de diferentes tonos -, maderas, linos y fibras naturales en sus textiles y adornos. Esta decisión de interiorismo permite que los espacios interiores y el exterior se sientan conectados, por lo que la paleta de colores y materiales que usan en cada proyecto representan lo que la pareja ve a su alrededor, en la naturaleza.
Sara explica que “dependiendo de dónde estemos diseñando, los colores pueden ir cambiando. El desierto de Sonora recibe algo de lluvia, y es más vibrante que el de Mojave – ambos cuentan con una propiedad para recibir huéspedes -, siendo éste uno de los desiertos más secos. Es por eso que los tonos van variando de espacio a espacio, o de desierto a desierto.”
Los espacios, si bien están decorados con distintos objetos, se sienten limpios y poco saturados. Y estos objetos cumplen un propósito.
Las experiencias que Sara y Rich han ido creando son parte del día a día en The Joshua Tree House, permitiendo que la desconexión que buscan ofrecer sea a través de detalles cotidianos. Hay frazadas para abrigarse en los jardines, espacios para hacer fogatas, libros del paisaje nativo para leer. Cada una de las habitaciones cuenta con cafeteras para preparar drip coffee – el que se hace lento, por goteo – para que ese proceso sea lento, distinto a los cafés rápidos que se pueden conseguir en cualquier lugar. Todas las propiedades tienen tocadiscos, incentivando a que quienes estén ahí puedan cambiar la música y detenerse a escucharla.
“Buscamos que estas cosas devuelvan a la gente al momento en el que se encuentra, al presente. Es difícil en una estancia de dos noches, pero aunque sea por un momento, que se permitan relajarse,” cuenta Rich.
A pesar de que tienen nuevos proyectos en mente, como abrir una nueva estancia, Sara y Rich se encuentran remodelando su propia casa mientras aprovechan el tiempo que pasan con sus hijas, disfrutando ver cómo crecen. Porque necesitan hacer lo mismo que le ofrecen a todas las personas que pasan el tiempo en The Joshua Tree House: desconectarse, descansar y disfrutar el ahora.